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sábado, 21 de julio de 2012

Niagara Falls

Las cataratas del Niágara. Quien diría que al final lo conseguiríamos. Al final tuvimos la oportunidad de observar una de las grandes maravillas de la naturaleza. Apoyarte sobre tus brazos, asomar la cabeza y disfrutar de un lugar en el que el agua muestra su verdadera furia y poder. Y a la vez, penetra en tus oídos el sonido del agua, escondiendo un mensaje de historias, mitos, leyendas...


sábado, 7 de julio de 2012

Toronto

Nos adentramos en una de las ciudades más grandes de Canadá, Toronto. Por medio de un autobús que nos recordaba al de la mítica serie de los Simpsons, cruzamos las calles dejando a ambos lados infinitos rascacielos. Toronto es una ciudad para alzar la vista, abrir la boca y sentir esa sensación de insignificancia ante tales enormes torres. Pero esto no acaba aquí. Esta ciudad posee un lago del tamaño de un mar con islas llenas de vegetación. Es el sueño de cualquier soñador. Sentarse a la orilla rodeado de innumerables árboles, cerrar los ojos, que la suave brisa roce tu cara e imaginar...



jueves, 5 de julio de 2012

Primera experiencia en Canadá

Primera experiencia en el bus. Como describirla... ¿excitante? ¿emocionante? ¿inolvidable? ¿única? ¿irrepetible? A pesar de haber estando dando vueltas calle arriba, calle abajo buscando la parada correcta; he aprendido que moverse en una ciudad desconocida es más fácil de lo que yo pensaba. Lo único que necesitas es tener paciencia y por supuesto aquí es donde pones aprueba todos tus conocimientos del inglés. Tener la valía de acercarte a alguien y preguntar, es algo que hay que también poner en práctica. Por lo que con esta experiencia nos hemos beneficiado en muchos sentidos. ¡Y que más puedo decir! Si solamente estoy esperando a que llegue mañana para volver a coger el autobús y probar nuevas rutas. Experimentar, intentar, arriesgarse... en esto se basa la vida básicamente.


¡A cruzar el gran charco!

Por fin llegó. Ese día que todos ansiábamos que llegara. Y escribo desde el avión sobrevolando el gran charco que ninguno de nosotros pensó que cruzaría jamás. Con los nervios recorriéndonos por todo nuestro cuerpo, cogimos un autobús hacia lo que sería el primer aeropuerto, Bilbao. Nuestro primer vuelo no se hizo largo, ya que solo era de dos horas. Y solamente de pensar que al llegar a Bruselas nos esperaría uno de ocho u nueve horas… Y bueno aquí estamos; unos dormidos, otros saciando el apetito y otros simplemente contando viejas anécdotas para echar alguna que otra risa. ¿Qué nos esperará frente a un país totalmente desconocido? ¿Qué sorpresas nos deparará? ¿Cuántas dificultades nos supondrá? Demasiadas preguntas que serán contestadas durante los siguientes veintinueve días.